Si las tablas de Excel ya no son suficiente para llevar un control sobre las operaciones de tu empresa o tu sistema de gestión empresarial ha quedado obsoleto y no cuenta con las funcionalidades que necesitas, ha llegado el momento de seguir avanzando e implantar un ERP.
Estos softwares de planificación de recursos empresariales permiten conectar las diferentes áreas de una empresa, (ventas, marketing, servicio, operaciones, finanzas, comercio, rrhh…) tener mayor accesibilidad a los datos y mayor control sobre la actividad empresarial, lo que deriva en una toma de decisiones más fácil, ágil y efectiva y la consecución de los objetivos marcados.
Debido a la amplia oferta de estos sistemas en el mercado y a la inversión que suponen, es habitual que surjan muchas dudas a la hora de decidir cuál debemos implantar en nuestra empresa. Por eso, compartimos con vosotros unos consejos a tener en cuenta, que os ayudarán a decidir cuál se adecúa mejor a vuestras necesidades.
1- Tamaño de la empresa:
Las soluciones ERP están pensadas para diferentes tamaños de negocio. Si implantásemos en una PYME, un ERP pensado y desarrollado para grandes empresas, gran parte de su funcionalidad quedará inservible al no ser utilizada e invertiríamos más dinero del necesario en las licencias. En el caso contrario, un ERP pensado para PYMES, implantado en una gran empresa, no cubriría las necesidades a nivel funcional de la misma.
2- Funcionalidad y capacidad de integración
Es necesario analizar la operativa de los diferentes departamentos para decidir qué funciones y requisitos son imprescindibles en el ERP que elijamos. El sistema ERP que elijamos, tiene que estar preparado para integrarse en toda la cadena de valor de la industria.
También es importante, si contamos con otras herramientas en nuestra empresa, ver si se pueden integrar con nuestro software ERP.
3- Escalabilidad y durabilidad de la solución
Elegir una solución que pueda crecer con la empresa, es decir, a la que se le puedan ir añadiendo funcionalidades según el crecimiento del negocio.
Los costes de implantar un ERP suelen ser elevados. Por ello es importante que sepamos que la solución que hemos elegido va a seguir evolucionando y recibiendo soporte a largo plazo.
4- Proveedor
Escoge a un proveedor que conozca el mercado de tu empresa, que cuente con una sólida experiencia y con el que te sientas cómodo trabajando. Será fundamental para que la implantación del ERP y su posterior mantenimiento, sean un éxito.
5- Factor humano/ formación
Recomendamos informar y formar a toda la organización sobre la implementación que se estará realizando, así como los beneficios de utilizar un sistema ERP. Esto ayudará en gran medida a reducir la resistencia al cambio, la cual es en muchos de los casos uno de los mayores obstáculos cuando una empresa decide establecer un software ERP.
Aunque el proceso de implantación de un ERP es largo, contar con profesionales que te guíen a lo largo del camino facilitará el proceso. Y pronto empezarás a notar los beneficios que tiene para tu empresa.
¿Te acompañamos?
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